Bueeeeno, hace ya un mes que estoy en Tailandia, no he tenido tiempo de actualizar el blog, así que si habrá cosas que decir.
Lo primero y más importante es el el estar juntos Sand y yo; el encuentro fué casi que anticlimático. Luego de abandonar el Woraburi Hotel alquilé por unos días un apartamento con servicio, acá es muy común ese concepto; es un apartamento que incluye muebles, TV, aire acondicionado, microondas, etc; en el caso del que estaba alquilando (en el edificio Pavillion Mansion) también tenía la posibilidad de pedir alquien que limpiara la habitación, era un apartamento tipo estudio, un cuarto solo con baño y terraza.
En fin, así que me fuí a ese nuevo lugar que coincidentemente está a solo 200 metros de donde vive Sand, apuntaba a estar más cerca, pero no me imaginé que iba a embocarle tan cerca!. Me instalé en mi nuevo hogar temporal y pasé un día encerrado en el cuarto trabajando en el notebook, hay hábitos que no se pierden por mucho que se viaje...
Al segundo día, de noche llegó la hora de ver a Sand en persona por primera vez. La verdad es que no estába nervioso, para nada... muy poco en realidad; tengo que confesar que puedo ser bastante impasible a veces. Llegó la noche y suena el teléfono, ella está esperando abajo a que le abra (no hay portero eléctrico... ahora que lo pienso no he visto un portero eléctrico desde que llegué) bajé las escaleras y ahí estaba!, abrí la puerta, le sonrí y extendí mis brazos para darle un abrazo cálido, ella se escurrió por mi costado y a traves de la puerta a medio abrir...
Me lo debí haber esperado, acá no están bien vistas las demostraciones públicas de afecto entre un hombre y una mujer, nada de andar por ahí a los besos, abrazados o de la manito, nones, nada de eso. Igual choca un poquito en el momento.
Sand y yo subimos al apartamento, ella se sentó en la cama y prendió la TV; no la sentí indiferente, de hecho sentí como si hubieramos vivido esto cientos de veces. Como explicarlo, después de un año de relación a distancia ya sentíamos la rutina de la compania.
Debería haber escrito esto al otro día, ya se me mezclan los recuerdos; hablamos un poco durante un rato, recostados en la cama, en algún momento nos besamos algo tímidamente y llegó la hora de terminar la visita.
Nos prometimos tomarnos las cosas despacio y con calma, ir acostumbrandonos a estar juntos. Así que al otro día el plan se fué por la borda y bueno... para que dar detalles de eso!
Desde entonces hasta hoy pasamos casi todas las noches juntos, aún vivimos en apartamentos diferentes así que nos turnamos donde quedarnos luego del trabajo y en los fines de semana. También estuvimos juntos en la misma habitación del hotel en Chiang Mai, pero esa historia viene después.
Haciendo un rápido resumen de lo que ha pasado durante este mes desde el arribo viví una semana y media en el Pavillion Mansion, conocía a Sand en persona, viajamos al norte a Chiang Mai, conseguí trabajo en un estudio de efectos visuales (a la semana y media, que campeón!), me mudé a un nuevo apartamento por Febrero, ya ando de acá para allá en taxi, subterraneo, metro y buses, y en pocos días me mudo al apartamento de Sand, luego buscaremos algún otro sitio donde vivir los dos.
Espero tener el tiempo para ir posteando las peripecias de vivir acá, que es el cacúmen del blog, la comida, como desplazarse, las millones de diferencias entre la vida en Montevideo y Bangkok; es como estar en otro planeta, descubriendo y viviendo cosas nuevas todos los días.
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