Friday, January 26, 2007

París

Ahhh, Paris al fin! Nos sueltan del avión en la esquina más remota del aeropuerto sin ninguna indicación, espero media hora como un buen nabo uruguayo a que aparezca la valija en la cinta del equipaje, hasta que alguien avisa que el equipaje está en otro carrusel más alejado; la pobre valija ya tenía un mareo de novela de tanto dar vueltas esperandome. Todo pronto para conocer Paris, a buscar a Sara!

La encuentro a penas salgo del area de arrivos, no pude avisarle que el vuelo se había retrasado, pero ella había llegado tarde así que el universo conservó su balance temporal. Que genial es al fin conocer a alguien con quien tanto se ha conversado pero jamás tenido cerca, es muy emocionante, y Sara resulta ser tan divertida e interesante en persona como lo es a distancia.
Después de cambiar algunos dólares por Euros vamos rumbo a la estación del metro donde empiezo a enterarme de como es el sistema. Compramos boletos de ida y vuelta entre el aeropuerto y una estación más central. Al rato aparece nuestro tren y abordamos, ¡que emoción!, mi primier viaje en tren. El aeropuerto, en palabras de Sara, queda realmente "en el quinto carajo", yo voy con los ojos como platos viendo pasar el paisaje sub-urbano industrial de las afueras de Paris.







Sara + metro = que buen viaje!








El metro de Paris es una experiencia completamente nueva para mi, un inframundo vasto y activo; definitivamente estas cosas no se ven en Montevideo. No sé como pero Sara navega entre los tuneles y trenes como si nada, yo me siente totalmente despistado aunque trato de entender la mecánica del metro. Luego de dar unas cuantas vueltas, subidas y bajadas tomamos un tren que nos lleva hasta Vitry, el barrio en el que viven Sara y Florian.
Dice Sara que el barrio tiene mala fama enter los parisienses, aunque a ella le encanta la diversidad cultural del sitio; desde la estación hasta su apartamento vamos viendo algo de esa diversidad con restaurantes de todos los origenes, chinos, libaneses, egipcios, etc... En la arquitectura me resulta bastante similar a algunas zonas de Montevideo, si hasta la cartelería publicitaria es exactamente la misma! Luego de un kilometro más o menos llegamos al apartamento, cerca de una iglesia de lo más bonita. El lugar es muy agradable y está en pleno proceso de pintura, la vista es bastante buena aunque, como siempre, las peliculas engañan y no es verdad que desde cada ventan de Paris se vea la Torre Eiffel.

Luego de descargar el equipaje conversar un rato salimos a la aventura, de nuevo al metro rumbo a Notre Dame. Qué maravilla, realmente es tan hermosa como la describen; es una desgracia el tener tan poco tiempo y solo poder dar un vistazo al interior. Sara lleva su cámara así que tomamos varias fotos.







Oh la la!, muy bonito aquí. Notre Dame y el Sena.














Los dos muy risueños dentro de la catedral.













Sara sabe tomar buenas fotos.







Saliendo de Notre Dame damos un paseo por la orilla del Sena, hace bastante frio pero es muy agradable, cruzamos debajo de varios puentes mientras contemplo la arquitectura en la orilla opuesta; me llama la atención la poca cantidad de gente con la que nos cruzamos, dos o tres personas nada más. Salimos del Sena y vamos a recorrer callejuelas buscando algún lugar donde comer algo, caémos en un pequeño restaurant atendido por un griego muy simpático y ordenamos soupe à l'oignon y pollo con papas; la sopa estaba exquisita, aunque talvez era demasiada, y las últimas cucharadas bajaron por el gargero más por cumplir con el deber que por disfrutar del sabor. El pollo estaba OK, nada espectacular y no particularmente tradicional, pero sacó el hambre.
sara coordinó con Florian para encontrarnos en una fuente cercana e ir a la Torre Eiffer como última parada del día. El dueño del restaurant nos dió las indicaciones para llegar fácilmente y partimos hacia allí. Por algún motivo se ponen a bailar el baile de los Umpa Lumpas en cuanto se encuentran.






Vista desde el segundo nivel.








La torre Eiffel es mucho más impresionante de lo que pensaba, las fotos ciertamente no hacen justicia al tamaño inmenso de la construcción. Aparte de estar iluminada cada media hora se encienden miles de flases por toda la torre, es todo un espectaculo. Subimos por el ascensor hacia el segundo piso, a unos ciento y pico de metros de altura; la vista ya era maravillosa desde esa altura, pero desde "le top" es mucho mejor, habiendo ido por la noche es fácil entender porque Paris es la ciudad luz, se extendía tan lejos como podía ver, y desde allá arriba se puede ver a una gran distancia!. La vista era espectacular pero se hacía tarde y había que regresar; de vuelta en el apartamento todos a dormir (al menos 3 o 4 horitas).

A las 3:30 AM Sara y yo ya estabamos de pié (aunque no podría asegurar que estuvieramos despiertos) preparandonos para volver al CDG para tomar el vuelo hacia Colonia, luego de correr varias cuadras porque se nos iba el bus pudimos tomarlo sin problema. Al subir al segundo (a esa hora no estaba funcionando el metro) surgió el problema de que los boletos que teníamos no servían, pero el chofer, Aloin creo que se llamaba (Sara, me corriges?), nos permitió viajar en el frente del bus sin boleto mientras conversaba de fotografía y otras cosas con Sara; a eso le digo yo tener buena onda. Bajamos del bus, subimos (de hecho bajamos) al metro y de allí al aeropuerto, también tuve una despedida corta allí; pero espero que podamos vernos de nuevo pronto Sara. Gracias a ti y a Florian por haberme recibido, lo pasé muy bien!

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